viernes, 1 de julio de 2011

¡Oh,... si me oyera!

"¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos! En un momento yo subyugaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios." (salmo 81.13-14)

El deseo divino es que su pueblo sea libre de su enemigos, comer lo mejor del trigo y se satisfaga con la miel que gotea de la roca.

Pero, para escuchar y obedecer es necesario sacrificar. Sacrificar su carne, su yo.

0 comentarios:

Sea Bienvenida




Me gusta leer la Biblia todos los días por la mañana y por eso he decidido compartir lo que Dios me habla a través de este blog.

Artículos más populares

Vistas de página en total

Mis blogs favoritos

Archivos

Seguidores

Etiquetas