miércoles, 11 de mayo de 2011

Sedientos

¡Oh Dios, tú eres mi Dios; ! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas. (Salmos 63.1)

Al igual que la tierra ansía por agua, el prisionero por la libertad, y el ciegos por ver la luz, el alma tiene que estar en relación con Dios. Jesús sólo puede salvar a los que se encuentran perdidos.

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Me gusta leer la Biblia todos los días por la mañana y por eso he decidido compartir lo que Dios me habla a través de este blog.

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