sábado, 23 de abril de 2011

Padre, Hijo y Espíritu Santo

"Éste es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará justicia a las naciones." (Isaías 42.1)

Esta profecía se refiere al Hijo-Siervo para la Gran Misión Sacrificial. Él cumplió su tarea y dejó discípulos para que pudieran continuar su trabajo.

Hoy en día, los hijos-siervos están esparcidos por toda la Tierra, con la misma unción del Primogénito Hijo-Siervo.

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Me gusta leer la Biblia todos los días por la mañana y por eso he decidido compartir lo que Dios me habla a través de este blog.

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